viernes, 24 de febrero de 2012

Madres adolescentes luchan por salir adelante "Yo no conocí la infancia", afirma mientras sujeta con la mano un niño de dos años y medio que demanda jugar; es su hijo. A los 12 años se convirtió en madre producto de una relación conyugal con un joven 10 años mayor que ella. "Vivimos un tiempo juntos; él me robó, como comúnmente se dice, y luego lo dejé porque era alcohólico", expresa crudamente como una mujer atrapada en un cuerpo infantil. Karina forma parte de un grupo de 32 adolescentes entre 14 y 18 años que cursan estudios de primaria, secundaria y bachillerato en el grupo de Prevención y Atención Integral del Embarazo en Adolescentes (Paydea) de esta ciudad, capital del sureño estado de Oaxaca y situada a 488 kilómetros al sureste de Ciudad de México. Cursaba el primer grado de secundaria cuando fue convencida para escaparse de su casa. "Me fui a vivir una semana con él y me regresé a mi casa cuando comenzó a tomar", relata. "Me siguió buscando y vivimos otro tiempo juntos, pero bebía y amenazaba para que no lo dejara. Se sentía mi dueño y no me dejaba salir, hubo ocasiones en que intentó golpearme", continúa. Luego de aquella historia, Karina concluyó sus estudios de secundaria y recientemente inició el bachillerato, en México lapso, generalmente de tres años, preparatorio para la universidad, tras concluir los estudios secundarios obligatorios. Combina esa actividad académica como vendedora por cuenta propia. Su meta es clara: ser profesional.

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